El estudiante de Salamanca y otros poemas
Los mejores libros jamás escritos.
«Goce yo el presente, disfrute yo ahora,
y el diablo me lleve siquiera al morir.»
Espronceda fue el más intenso de los poetas románticos españoles. Su obra, siempre de gran riqueza métrica, es torrencial, impetuosa, incluso desaliñada a veces, y está poblada por personajes marginales como el mendigo, el pirata o el verdugo, cuya libertad, más moral que material, exalta. Vehemente en política, sus poemas abundan en llamadas a la rebeldía social y cantos a personajes y acontecimientos de la historia liberal.
Ante un personaje tan fuertemente comprometido con la política y la sociedad de su tiempo, resultan indispensables la contextualización histórica y la comprensión cabal de su obra. Por ello, el que fuera catedrático en las universidades de Sevilla, Valladolid y en la Universidad Nacional de Educación a Distancia José Fradejas Lebrero dotó a esta completa edición de una introducción, unas actividades sobre la lectura y un preciso aparato de notas.
José de Espronceda (1808-1842) tuvo una trayectoria meteórica que no le impidió brillar como el más eminente poeta del primer romanticismo español. Desterrado de Madrid con tan sólo diecisiete años, estuvo en un monasterio de Guadalajara y en Portugal antes de recalar en París, donde participó en las oleadas revolucionarias de 1830. Al volver a España al concedérsele la amnistía tras la muerte de Fernando VII, Espronceda se dedicó con ahínco a la política y al periodismo sin abandonar por ello la actividad literaria que ya había ido desarrollando con los años. Es así que en 1840 escribe un volumen de sus Poesías con tal éxito que lo encumbraría hasta su muerte, dos años después, de difteria.