En busca del tiempo perdido
Un estuche que contiene la obra obra maestra de Marcel Proust para conmemorar el centenario de su muerte.
En busca del tiempo perdido es una de las cumbres de la literatura universal, y en esta edición en estuche se reúnen las siete partes que conforman esta de inagotable novela río. A lo largo de sus más de tres mil páginas, conocemos a personajes inolvidables como la misteriosa Odette, el celoso Charles Swann, la banda de muchachas en flor del balneario de Balbec, el perverso barón de Charlus o la cuasidivina duquesa de Guermantes, entre otros muchos. En medio de todos ellos se mueve el narrador, un hombre que se interna por los caminos de la memoria para revivir el mundo desaparecido de la belle époque, pero que acaba describiendo una multiplicidad de psicologías, situaciones e impulsos que parecen contener la humanidad entera.
Marcel Proust (1871-1922) nació en París en el seno de una familia adinerada y abandonó pronto sus estudios de Derecho para relacionarse con la sociedad elegante de París y dedicarse a escribir. Tras publicar Los placeres y los días (1896) y escribir los cuentos recogidos en El misterioso remitente y otros relatos inéditos (Lumen, 2021) y la novela inacabada Jean Santeuil (que no apareció hasta 1952), Proust, aquejado de asma desde la infancia y convertido en un enfermo crónico, pasó el resto de su vida recluido, sin salir prácticamente nunca de la habitación revestida de corcho donde escribió su obra maestra: En busca del tiempo perdido (Por la parte de Swann, 1913; A la sombra de las muchachas en flor, 1919; La parte de Guermantes, 1920-1921; Sodoma y Gomorra, 1920-1921; La prisionera, 1923; Albertine desaparecida, 1925, y El tiempo recobrado, 1927). Se trata del largo monólogo interior de un hombre ocioso que se mueve en la alta sociedad, y, en muchos aspectos, de una obra autobiográ