La identidad perdida
En 1937, mientras España se desgarra en la trágica Guerra Civil, el gobierno de la República organiza una expedición para mandar a México a un grupo de niños, entre huérfanos de guerra e hijos de combatientes republicanos, para salvarlos del horror que asola su propio país. Con la anuencia del presidente mexicano Lázaro Cárdenas, en junio de ese año llegan, desnutridos, andrajosos, más de cuatrocientos niños, trayendo sólo sus pequeñas maletas y la esperanza de volver, algún día, a reencontrarse con sus seres queridos. Desconocían que su destino sería muy diferente, y que pasarían prácticamente toda su vida en aquel lejano país.
Entre ellos está Cosme, un pequeño oriundo de Almazán (Soria) que, en 1936, con apenas nueve años de edad, se traslada a Madrid para ayudar a su hermano Antonio y a su mujer embarazada. El estallido de la guerra lo sorprende en la capital y Antonio, ante el feroz recrudecimiento de los combates, lo inscribe en la expedición a México para salvarlo de una muerte prácticamente segura. Además de haber vivido los horrores de la contienda, Cosme se encontrará, junto a sus compañeros de viaje, sumido en la derrota, el destierro y la separación de su familia.
Las cosas en México tampoco serán mucho mejores. Alojados en un internado de la ciudad de Morelia, Cosme pronto descubrirá que ha caído en un círculo de malos tratos, arbitrariedades y desmanes de la peor bajeza, hasta que, poco a poco, irá perdiendo lo más esencial de su persona: su identidad.
En La identidad perdida Lola Moreno nos acerca, a través de Cosme, un personaje de ficción pero muy real, la experiencia cruda e imborrable de esas vidas rotas y desamparadas por la Historia, esos pequeños seres que el mundo luego conoció como "Los niños de Morelia", un episodio vergonzoso que muchos tratan de olvidar.
"Narrada con un poderío expresivo excepcional, La identidad perdida nos devuelve parte de nuestra historia y no