Los templarios y la Mesa de Salomón
Cuando los invasores llegaron a este palacio hallaron en su interior un tesoro compuesto de joyas maravillosas, entre ellas, un espejo mágico, grande y redondo que hizo Salomón, hijo de David. Era a la vez espejo y mesa, puesto que estaba provisto de cinco patas. El que se miraba en ese espejo podía ver en él la imagen de los siete climas del Universo.»