Prisionera de la inquisición
En la corte de los Reyes Católicos, épocas difíciles y confusas se ciernen sobre una España cada vez más dominada por la Inquisición. Intrigas y traiciones en un siglo en el que hay que convertirse en delator para intentar salvar el propio pellejo. A pesar de las amenazas que se ciernen sobre la mayoría de la gente, Zarita ha sido criada entre algodones, ya que es la hija única de un magistrado importante. Puede recorrer libremente las calles, salir con el hijo de un noble, montar a caballo y hacer lo que le plazca. La realidad de la familia de Saulo no podría ser más distinta: maltratados por las terribles circunstancias, se han visto obligados a convertirse en mendigos. Cuando el padre es colgado por una agresión contra Zarita que no ha cometido, el joven jura venganza, a pesar de ser enviado a la mar como esclavo. En esta era sombría, ciertos sucesos harán que la cómoda vida de la protagonista se vea completamente alterada por la sospecha y la brutalidad. Y aunque Saulo crea que la bella muchacha es su mortal enemiga, quizá sea su única esperanza de supervivencia en medio de tanto desorden, desastre y oscuridad.